El Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE) ha desarrollado un nuevo envase para alimentación basado en celulosa con recubrimientos biodegradables, capaz de mantener la frescura del producto y garantizar la seguridad alimentaria.
De esta manera, se ha buscado crear una alternativa al uso de materiales de envases convencionales no renovables derivados del petróleo, mediante el desarrollo de estructuras basadas en materiales celulósicos (papel), para su uso en aplicaciones de envasado en atmósfera modificada (MAP).
Se trata del proyecto Adcellpack, que ha coordinado ITENE y en el que han participado las empresas Distribuciones Juan Luna, Centros Comerciales Carrefour, Papelera de Brandia, Elastopoli Oy, Skymark y el centro de investigación VTT, de Finlandia.
Gracias a esta iniciativa, empleando papel como sustrato, se ha integrado un recubrimiento biodegradable, desarrollando asimismo una tapa con las mismas propiedades sostenibles para ofrecer un producto hermético.
El nuevo material diseñado para la elaboración de envases es adecuado para el uso de la técnica del envasado por atmósfera modificada, que permite la conservación de los alimentos y aumentar, así, su vida útil. Gracias a esta tecnología de envasado, el aire atmosférico del interior del envase es sustituido por una mezcla de gases optimizada para asegurar la conservación del producto.
Gracias a los nuevos materiales diseñados a partir de fuentes renovables, como la celulosa, se puede reducir el impacto medioambiental, por lo que se presentan como una gran alternativa para este sistema de elaboración de envases.
El nuevo envase ha sido diseñado en concreto para envasar queso en lonchas, pero es susceptible de aplicarse en diferentes productos alimentarios que en la actualidad utilizan el envasado MAP.
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